lunes, diciembre 01, 2008

En el valle del fin

Cuando Zaratustra escalaba el más alto de los montes se detuvo, y contempló como revoloteaba el viento en formas redondas, como anillos perfectos, luego de un rato los mismos vientos arremolinados se desanudaban y sin riendas se esparcían por los charcos celestes de la atmósfera, entonces dijo: -“hermanos míos, os digo que es así como nacen las voluntades de las cosas, estamos en la intimidad de la verdad, pero ella tampoco quiere ser molestada, cuidad de caminar con recelo a su alrededor, intentar serle esquivos por hoy, sin condicionar nuestro camino con una mentira para ella, en verdad hoy no es el día para desentrañar la realidad, demasiado pequeños son para soportar este abismo que se engrandece a medida que suben las escaleras, todavía no son capaces de cargar con el cielo”.

Y todos comenzaron a descender el monte, con la esperanza de poder algún día llegar a su cúspide, y comprobaron que el origen de las fuerzas no es anterior a la anarquía.

Zaratustra contemplaba el nacimiento de los vientos desde un nivel inferior, y prosiguió con sus palabras: “Todos los desordenes son reacción a la anarquía, ella invalida lo más elemental de la vida, deforma las voluntades de las cosas y vuelve duda todas las certezas, de esa duda han nacido los prejuicios de dios, el bien y el mal también nacieron como reacción, solo que se han convertido en una extensión más de ella, ahora son los ojos del verdugo y el sabueso, pero sobre su desierto se engendró la más poderosas de las voluntades, que agonizante se hizo imperecedera, intermitente y exausta , pero desplegó un soplo infinito y se ha vuelto viento eterno, ¡es la verdad la que expiró del infértil desierto!, y ella para sí se inventó un suelo del cual brotan los placeres eternos, y yo os digo desde aquí, ¡también soy viento!, y una corriente nueva que trae los nuevos ideales del hombre del futuro, seré el soporte del puente hacia el superhombre, el arco iris inundará vuestros ojos cuando ustedes también sean puente, pero ahora hermanos mios, nuevamente me ha invocado la soledad, ella está golpeando las puertas de mi corazón y siempre es bienvenida en mi hogar, dejadme pues, compartir con ella esta nueva revelación”. Dicho esto, los discípulos de Zaratustra comenzaron a bajar el monte dejando a su maestro con su amiga predilecta, muchas cosas nuevas saldrán de su reflexión, por hoy es necesario descansar de las imágenes repetidas, todos tomaron rumbos diferentes, sabiendo que en la posteridad sus rutas celestiales tendrán un punto en común.

Y a ratos, por el sendero interminable caminaba Zaratustra de nuevo hacia la cima, soportando los murmullos de los truenos, derritiendo el gélido suspiro de las altas cumbres con su fuego interno, caminando cuesta arriba con su bastón, rondando una de las fuentes de la cual surgen las cosas en rebeldía con la nada. Y ya en la cima, torno su vista hacia el vacio: “Aquí, donde las bellas aguas se distinguen de los sucios posos, en lo alto de la tierra, puedo ver la profundidad desde la lejanía, porque es ella quien faculta mi vista para ver las cosas elevadas, y las voluntades chocan a mis alrededores como niños revoloteando los jardines, es bello ver todo desde las alturas, la disminución escalar no hace más que agrandar el molde de las fuerzas en discordia, y es así como se destrona toda negación de la realidad”. Zaratustra levantó la vista hasta su horizonte, y en este se asomaba otra cumbre igual de alta, sobre ella estaba otro hombre mirando a Zaratustra, en ese momento los horizontes se confundieron y se laderaon en una vertical, para desaparecer.

¡Oh, noble Zaratustra¡, has escalado la última montaña en actitud de desafío, has venido hasta estos lugares donde se puede ver como fluyen las voluntades, y como bien has dicho, todo esta en discordancia para sí, para poder crear se necesita de la guerra, y tu noble paz del corazón ha de haberse inquietado ahora en este momento, cuando vez que también la verdad se bate a muerte con la mentira, y sabrás ahora lo que te espera.- Zaratustra contesto: Desconozco tu procedencia, pero también se me asoma tu insolencia al escalar estos montes, más desconcertado me siento y alcarar quiero mis impresiones, ¿quién eres tú, atrevido espíritu?. Entonces desde la otra cumbre, el hombre se precipitó a contestar: ¡Zaratustra, me desconoces después de declarar tu propia sabiduía, si las cosas están en contraposición, yo soy tu sombra oscura, la máxima de tu no ser, soy lo contario a la virtud, soy dios, el estado, un gobierno, un presidente, el supremo de los anarquistas, el gran asesino de la voluntad!, declaraste ser viento y a tus enemigos les aconsejaste el tener cuidado de escupir contra ti, el viento nuevo, más yo te digo, aún no estas listo para mí, todavía no han retornado las cosas y me encargaré de que el tiempo estimule el olvido de las sustancias, así todos seremos ciegos, y no podremos volver a ver nunca más al origen, observa como se ve el monte desde abajo”. Y el supremo negador junto aire y suspendió desde su boca un escupitazo feroz, y los vientos se aglutinaron en formas grotescas y deformes que no pudieron retenerse, y la saliva golpeó a Zaratustra con tal magnitud que este cayó del monte en una aparatosa caída.

Largo rato pasó para que Zaratustra abriera los ojos, descansaba en un bello valle desde el cual se observaban las empinadas montañas, y desde la alta cumbre el gran negador susurró:”la diferencia entre nosotros radica en que cuando el abismo nos miró, tú, pestañeaste”, y Zaratustra guardo silencio, más en él había una sonrisa leve, y la serpiente de su bastón volvía completa, a envolver el sol de oro.

Y así calló Zaratustra por largos días.

domingo, noviembre 30, 2008


Tal vez son muchas las estrellas...

miércoles, julio 23, 2008

Ceguera en el Panóptico


Para controlarlo todo, hay que monitorear cada rincón. Camuflarse en los sótanos, recorrer las calles, enfrentar la corriente amarga que sacude la última página, del informe del panóptico. Es su prejuicio lo que desgarró sus paredes de barro… La nueva moral desplegó su luz por el unísono, su claro destello encandilo la lente del panóptico. Los pocos hombres abandonaron las herramientas, un último martillo derrumbó los muros… El panóptico se hace de fuego y el viento disemina las llamas de la libertad. Hombres que escriben el himno a su voluntad. Por fin podemos crear la flor, la flor bella que abre sus pétalos y expele el olor de la superación. ¡No!, aún no. ¿Libertad?, el panóptico se derrumba, sus piezas se funden con la polvadera del olvido, los pocos hombres, viven sin embargo, presos de una nueva soledad, la soledad y la nostalgia de sentirse dominados… A Dios se le quemaron los ojos… pero aún puede sentir las cenizas de sus párpados, todavía persiste su milenaria vigilancia , todavía llega a nosotros . Será necesario morir para alcanzar la libertad, morir en un acto espléndido, dar origen a la nueva sucesión. Morir y regenerar. Del cielo cayó una estrella, ignorarla, su luz es el suspiro del que yace en los escombros del fuego.

miércoles, julio 09, 2008

Nada allá arriba


Miento si digo que me gustan los días soleados, o los veranos llenos de agua, la dulce playa y el mar, con sus enormes tentáculos aliñando el rastro de quienes dejan huellas mojadas con sus pies socavados de trajín, de total normalidad. Detestó el sol en mi cara como el frío entre los pulmones, odio las parejas que se besan y se dan fuertes caricias, mortales amores, besos brutos... Y también no soporto las luces de fiesta que apagan el cielo.

Solo amo la dulce soledad de esas olas pérdidas en la noche, del sexo que tienen con las rocas, la furia que vomitan con su espuma invisible, la luna y su femenino resplandor.

Cuando salimos con María y con los muertos, la miramos brillar en las noches en donde el silencio se escucha y donde los astros se encandilan con el resplandor de alguien resucitado, la miramos mecerce en su calva polvadera, bebemos de su orina en las madrugadas poco antes de que amanezca y la luz la trague con una bocanada nostálgica. La podemos ver en nuestro éxtasis, como vieron la estrella en belén, en ese unísono de galaxias copulando. Solo en las noches durmientes,cuando los artificios abandonan el engaño y se sumergen en la nada, cuando la mentira cesa su crecimiento por instantes, maldiciendo su convivencia con la verdad, cuando el sol deja de ser testigo de un nuevo día... La perdemos cuando una voz turba el vacio, cuando se esfuma el celo de la melancolía, cuando el silencio se desvanece en el morbo y la corrupción, y entonces Dios asiste al purgatorio, para que nos cuente la verdad, mientras arriba, las campanas no hacen mas que comprobar que en el cielo reina la incesante nada.

lunes, mayo 12, 2008

INFIERNO


Dentro de ti se sobrecogé,

siempre ante la duda, no descartas (en el fuego)

la absorta sombra desesperada que espera

comerce tu luz, simpre es bueno preguntarse...

¿en el cielo escogeré un ángel?

¿en el cielo realmente estaré bien?


Dentro de la luz escarcha,

mi aureolea se hace cada vez mas pesada.


Un demonio me castiga,¿será dios que me condena en su vientre?,

llévame bajo 10.000 metros, reviéntame en tu tierra.

no quiero vivir escudriñando entre las cúspides del paraíso,

prefiero dormir profundamente, no me lleves a desentrañar, carne

por hilos de carne, estoy bien en mi abismo oscuro...


Hoy es un buen día para salir, y ver las flores

y el aire flotar desvanecido

martes, agosto 21, 2007

Amor y bloques de cemento

En un sobre
Las letras escritas
Son párpados plegados en la piel
Que nunca se agitan ni se abren
Para ver la lumbre bajo la luna
Que se acuesta en la brisa de las pestañas

Las paredes blancas y el sol del otoño. Y en las paredes las sombras caminan, bebiendo de sus manos un poco de morfina cruda.
Cada ilusión es algo monótono. Nada sacia la costumbre y los días que caen tras ella. Lo he llamado hambre repulsiva, simplemente porque nunca se come ni traga, siempre se retiene con la respiración, por eso un vómito no es malo cuando alivia los disgustos, todo se puede arreglar con él si es que viene del alma . La muerte me vale menos que un servicio básico y aún así es impagable. Me refiero a dos gotas que pude llorar el otro día (hasta el ojo se vuelve mezquino y desgraciado). Todo callado con sabor invisible, con manto de litigio transparente dando tranquilidad, analizando las papila que saludaría diciendo: -“ Te mandó recados, creo que mi química va con la tuya, y que nos atraemos como los polos que son opuestos los unos con los otros y se repelen, cuando se miran en los espejos y se ven, tan parecidos”-. Ella diría yo, sentada en un vaso con forma de líquido, nadando con su cola de sirena y con el diente de tiburón, mordiendo, si es necesario, un pedazo de corazón y escupiéndolo por terror a su sabor bruto y sincero, tan valido como la fortuna de un millonario y tan despreciable como su ego metido en un ego enfrascado. La fiebre es un acecho que ataca a los animales, a los seres humanos y a los latidos de quienes la contraen por un beso, que besó los labios contaminados por haber sentido el sabor industrial de las relaciones de cortesía, más frías que el hielo y el metal puro. Es el legado de todo estrés cotidiano, el amor falso y verdadero, la enfermedad de vivirlo y la víctima de quien lo vive con cara de idiota, medio alegre...

Un señor dijo que era un ideal de perfección cuando no hay nada en que recurrir para sanar las crisis

jueves, julio 12, 2007

Poema para el invierno

OH!!, querido invierno,
ahora que no sale el sol
me acuerdo del verano.
oh! verano fogoso de lindos recuerdos,
aquella puesta de sol que dejaba caer sus trenzas rojas en el mar,
aquella playa de arena blanda.
Y las muchachas con sus ajustados bikinis
lanzándose a la boca del agua,
y sus pechos rebotando como dos planetas apareados.