lunes, agosto 21, 2006

Los dioses del metro


Una mañana en que el termómetro marcaba 0 grados de temperatura salí de casa con dos pedazos de madera chor one 1 metro x 1.50 que necesitaba para el colegio. Llegué envuelto en sudor y con los dedos medios retorcidos hacia los polos. Había que llevar los chor one para crear un mural artístico, en el cual se muestren señales entendibles al ojo de cualquier humano. Yo me ofrecí para traerlos en el metro porque la ferretería me queda a escasos pasos de la casa. Y en el trayecto estaba muerto, las placas pesaban demasiado y ocupaban mucho espacio. Tuve que tragar las constantes miradas de las personas que con enojo observaban mi espectáculo.
Combinaba para linea uno, donde todas las gentes se concentran en aglomaredos andenes, formando un denso líquido que se desplaza hacia los túneles oscuros, y que sustancialmente absorven las gigantes bocas. Me atreví, porque con mis chor one no cabía en los espacios del metro y desafiando toda lógica fui hacia el vagón oculto, donde una persona lo habita con invisibilidad, como los dioses en el firmamento y las estrellas de porcelana en sus carruseles violetas. Conversé con ella, pues era una mujer, le explique lo de las maderas y la dificultad de desplazarce con ellas en el metro. Aceptó sin trabas, como si no le importase nada, mostrando una indiferencia igual al polvo de los días tristes que se agita con flojera sobre el viento. Iba en la cabina del metro, en serio, estaba en el mecanismo que rige una inmensa bestia de metales celestes. Descubrí todo, la verdadera entretención que existe en ser chofer de esa aparatosa cosmología. En frente las luces chorreando por mi pupila húmeda, y luego, corriendo, un choque de energias que se deslizaban por un pasamanos ficticio. Una que otra constelación en orden decadente y el mundo que converge en un solo punto, como aquella esfera mágica. Son ecuaciones me dijo la diosa, (señorita del metro) son ecuaciones del plano las que vemos en el túnel, ves para allá, hay muchos flagelos que son parte de esa ecuación, y me mostro un cálculo que estaba fuera de mi alcance... Me comentó que las líneas que no se ocupan llevan directamente al infierno.
Cuando baje del metro me despedí de beso, agradeciéndole lo del chor one, pude transportarlo sin problemas por su grata dispocición. Lo que aprendí allí no se olvida, algún día les haré conocer el interior de una cabina del metro, verán que mis palabras no son ni las sombras de ese universo que está en los túneles.
Despué me compré papitas fritas, porque sabía que en el túnel había visto el futuro, luego, publicaré este texto en mi blog.

lunes, agosto 14, 2006

Purgatorio


sE ALINEAN EN SIMULADO SOLSTICIO

LAS LUNAS COMPRENDIDAS EN EL ESTE, OESTE,NORTE,SUR

LOS SOLES SE UNEN EN UNA ESPIRAL DE BOTONES DE FUEGO

Y VEO UNA MANO QUE SUJETA EL TRIDENTE DE SOLES REVOLTOSOS,

LA ESPIRAL SE HACE INFINITA CON EL CANTO DE LAS NINFAS

Y DEL CIELO RASGADO CON UÑAS DE ORO, HECHO TIRAS DE PAPEL

COMO UN FONDO DE NEGRA CARTULINA, DECIENDEN MONTAÑAS DE SONDAS

QUE VUELAN COMO EL ALIENTO. TODAS LLEVAN SUJETAS UNA ANTORCHA

DE LUZ, UN RELÁMPAGO EN SU INTERIOR, UNA FORMACIÓN DE OLAS

MAJESTUOSAS, UN CANDELABRO DE LUZ FULGENTE, UNOS OJOS CIEGOS.

SE DISPERSAN POR EL UNIVERSO, Y UNA NIEBLA COMO CARRUSEL SE COME LA

TIERRA, Y BEBE TODOS SUS MARES.

eNTRAMOS EN UN PRISMA PERFECTO QUE EL VIENTO MECE APACIBLE

EL TRIDENTE ES PRÓXIMO, LACERA LAS INFORTUNADAS INTELIGENCIAS

DEL EX MUNDO, DISCRIMINA Y CALIFICA TODOS LOS ACTOS, PERO SABE

QUE TODOS SON JUSTIFICABLES Y QUE TRASCIENDEN COMO LA INMORTALIDAD

DEL TIEMPO, QUE RECONSTRUYE LO INMOVIBLE Y EL MOVIMIENTO DE LAS COSAS.

ENTONCES LOS SOLES SE DESACOPLAN, LOS CIELOS SE REGENERAN CERRANDO

LA DIMENSIÓN QUE ESTA DETRAS DE ELLOS, Y LAS INTELIGENCIAS SE LANZAN

AL VACÍO VERTIGINOSO QUE AGUARDA EN LAS AFUERAS DEL PRISMA, BAJAMOS

DEL CUADRADO HACIA LA NIEBLA QUE SE COME LA TIERRA.

nOS DEVUELVEN MARES Y DÍAS, REHACEMOS EL ORBE, CONSTRUIMOS el mundo,

VOLVIMOS A CASA, NOS QUEDAMOS EN NINGÚN LUGAr.

miércoles, agosto 09, 2006

Sin título

Basado en una historia casi real.
La vida se le convertía en largas imploraciones de cielos, astros, lunas y una bóveda de estrellas presas en un rompecabezas hebreo. La palabra la utilizaba poco, hablaba con su guitarra, con un arpegio que silenciaba la palabra de los otros. Siempre sonreía. Su sonrisa era una máscara, sonreía por costumbre, saludaba con gracia y con un gentil gesto, creí ver en él una mueca contenta con todo y simultáneamente una dimensión que debajo de la mueca esperaba ajena a este mundo, a este globo lleno de mística ligera, de tesoros ocultos, de mundos paralelos en el mismo plano. A lo mejor, dentro de esta sociedad motorizada por el dinero perdimos lo que nos quedó de animales, lo que en cierto modo nos unificaba dentro de un todo. Somos en esencia singulares, amargamente o amadamente solitarios, y el banderín de la competencia nos silencia el alma, y el alma la vomitamos constante, y el alma nos incomoda y es una huevada inútil. Tal vez quiso pedir una mano que le extendiera ayuda, un sentimiento o sentir que éramos como él, de hueso, pero cuando lo hacía notaba que el frío fragante imperaba nuestros corazones y supimos que somos igual a él, pero que aceptamos no serlo y ser inverso a nuestra naturaleza. Optó por la muerte, pero la vida le dio otra oportunidad para vivir, y rondaba un jardín de alegría en su corazón. Le dijeron que 18 años de vida era muy poco, él pensó que era mucho. Miró al cielo, por instantes el silencio le convenció. Al final se dio cuenta que después de la muerte hay otra vida, prefirió esta, para no comenzar una nueva. Yo no escogí, he querido sumergir la otra en la nada.

martes, agosto 01, 2006

La última mujer de nieve

En este esquema nublado y baile sincronizado
las llaga de mi estómago se aprietan en discontinua sublevación
tarareando secretos que aguardan en el artificio de tu pupila .
Mis manos retumban en tu vientre, y sus sábanas languidecen el
viento que mece el fuego temperamental, azotando mi tímido pecho y
la trasparencia del nylon que se recorta de mis ojos.
Eres como una diosa tranquila, vestida con trapos retorcidos
en el páramo norte-sur, y una mujer repleta de perlas ahuecadas,
cóncavas y esferas perfectas que delinean tu fino contorno, tus
gruesas pestañas como espinas de rosas. Helada, tu mano que destripa
corazones y tu hueste de alamedas albinas, roza a luz fugaz la bóveda
de los cielos, y los abre con sus uñas-espadas, toma de las aguas de los mares. En siete días, suyos son los secretos de las estrellas. La luna orbita
su alcoba azul, la luna es la joya de sus pupilas que vierten nebulosas violetas. Los astros enamorados, como seres de piel regalan flores y poesía envasada en versos elípticos, y el mundo se agacha bajo sus pies
,el destino se atrae con las lenguas del amor y el corsario clandestino de las noches surca
sus anillos, en plena invasión del hombre, que pisa sus escaleras con las armas de la inmortalidad, del fuego y de las lágrimas del orbe entero.